Moreno arrasará al PSOE pero necesita a una Olona en ascenso para gobernar
A menos de dos semanas para que arranque la campaña electoral en Andalucía, el Partido Popular (41 escaños) sigue fuerte en la primera posición y ganaría las elecciones aunque depende de Vox (25) para gobernar. La encuesta de Data10 para OKDIARIO confirma el tirón del bloque de centroderecha que, con 66 escaños, supera holgadamente la mayoría absoluta (55). El sondeo constata, no obstante, cierta debilidad de Juanma Moreno, que en la última semana pierde un diputado. Con el 33,8% del voto, el PP se mantiene con diferencia como la fuerza más votada, aunque con un resultado insuficiente para gobernar en solitario. El PSOE, mientras, no despega de los 34 diputados, lo que confirma la apatía total de su electorado.
La principal incógnita de estas elecciones es si Moreno logrará la mayoría suficiente para superar al bloque socialcomunista (43). La diferencia es mínima, 2 diputados, pero muy relevante para los populares, pues ahí está la clave para que Moreno pueda formar un Gobierno monocolor o para que Vox reclame la entrada en el futuro Ejecutivo. Hoy por hoy, el escenario se asemeja más al de Castilla y León que al de la Comunidad de Madrid, donde el resultado apabullante de Isabel Díaz Ayuso le dejó manos libres para gobernar en solitario.
Los leves ajustes entre PP y Vox no alteran la amplia mayoría que suman ambas formaciones ante una izquierda incapaz de activar a su electorado. Desde el 26 de abril, cuando OKDIARIO publicó su primera encuesta para el 19-J, los populares han bajado 1,7 puntos y 4 diputados. En este tiempo, Vox ha mostrado un comportamiento inverso, subiendo 1,5 puntos y 3 escaños. Pero el impulso de ambas formaciones es indudable. Moreno mejora en 15 escaños (675.582 votos más) su resultado de las elecciones de 2018 y Vox, en 13 (438.953 votos). Estos partidos son, además, los que presumen de una mayor fidelidad entre sus votantes (Vox un 84,8% y el PP, un 79,5%), por lo que la campaña puede apuntalar aún más sus expectativas.
Lo que está claro es que los andaluces premian en las urnas la gestión de Juanma Moreno que en sólo tres años y medio ha conducido a Andalucía a la senda del crecimiento y la creación de empleo. Gracias a su política de impuestos bajos -cinco rebajas fiscales- y de reducción de la burocracia, la región cuenta con 280.000 nuevos contribuyentes y 925 millones más de recaudación tributaria para destinar a políticas sociales. Moreno basará su campaña en apelar a la movilización repitiendo que las elecciones «no están ganadas» y que «un solo diputado puede hacer que haya una gran coalición de izquierda», con ocho partidos de izquierda radical, algunos de ellos «semiindependentistas». Las elecciones en Andalucía ponen a prueba la meta del PP de ensanchar su base electoral atrayendo al votante de Vox, pero también al socialista desencantado con Sánchez. Tras la Comunidad de Madrid y Castilla y León, el PP sumaría un nuevo triunfo clave para el rumbo de Feijóo hacia La Moncloa.
Con el 19,8% de voto, el sondeo confirma también la tendencia de crecimiento constante para Vox. La polémica por el empadronamiento de Macarena Olona en Salobreña, atizada por la izquierda para hacer descarrilar su candidatura -el pasado viernes, el Ayuntamiento socialista de la localidad lo anuló asegurando que no reside allí y, por tanto, resulta irregular- no le pasa factura. Más bien al contrario. Olona tiene ahora 15 días para presentar alegaciones y queda por ver si toda esta maniobra movilizará aún más a su electorado.
Estancamiento
La izquierda, por su parte, acude a las elecciones con unas perspectivas sombrías. El estancamiento del PSOE andaluz se confirma semana tras semana, con un Juan Espadas incapaz de ganar ni un escaño. Lastrado por la gestión de Pedro Sánchez, Espadas absorbe en primera persona el descontento popular por la incapacidad del presidente socialista para manejar la crisis económica, sus cesiones a los socios separatistas y proetarras y, en definitiva, el desgaste al frente del Gobierno.
El partido no ilusiona a su militancia y se mantiene en los mismos 34 diputados (27,1% de voto) que le otorgan las encuestas desde finales de abril. Es apenas uno más de los que logró Susana Díaz en 2018, cuando Moreno acabó con cuatro décadas de cortijo socialista. Entonces, el PSOE achacó el mal resultado a la baja participación pero ahora, con una movilización aceptable -del 66%-, los socialistas siguen sin remontar.
La apatía se refleja también en el conglomerado de la izquierda extrema, representada por las formaciones Por Andalucía (7 diputados) y Adelante Andalucía (2). El espectro comunista, dividido en dos listas electorales, no genera confianza entre el electorado, y menos aún tras el esperpento de Podemos al no registrar a tiempo su candidatura.
En la irrelevancia se sitúa también Ciudadanos, que firma su absoluta debacle al perder sus 21 diputados. Los de Inés Arrimadas no rentabilizan su papel institucional -llegaron a ostentar la vicepresidencia y cinco consejerías- y no tendrían representación en el futuro Parlamento andaluz.